LA DESCONFIANZA Y EL GOLPE
PRÓLOGO
Una mañana
había faltado un profesor a su clase, entonces ingresé al aula para cubrir
dicha posible pérdida de hora efectiva
de clase; hablé con los estudiantes temas relacionados a las áreas de
CTA-Física, de Matemática, de Comunicación; finalmente me decidí desarrollar
competencias del Área de Comunicación y les pregunté -¿cuál es el objetivo de tratar el tema de la redacción y creatividad literaria? ¿Cuál es el producto o
resultados de su aprendizaje escolar? ¿Cuál es la producción de ustedes?
Recuerdo que
mis maestros en la Universidad me dijeron – hazlo
primero tú, luego tus alumnos lo harán- es entonces que decidí hacer volar
mi imaginación, materializar mi fantasía, pensé, organicé mentalmente mis
personajes, el escenario…… e inicié a narrarles, a contarles mi imaginación…..ellos
muy atentos hasta sorprendidos escuchaban. Al finalizar mi narración, el
silencio del aula y alegría de los estudiantes me dio indicios que les gustó, que les
agradó; es entonces que comprendí que ya todo estaba listo, ya preparado, y les
propongo que hagan lo mismo, les dije -imagínense,
busquen sus personajes, su escenario, escriban ideas nuevas, compartidas,
momentos antiguos, relatos confusos, desarrollen su creatividad- y los
dejé.
Salí del aula
manifestando que -aprovechen en algo bueno
la "hora libre"- quedaron pensando y haciendo anotaciones, otros agrupándose.
Al rato vuelvo
y algunos estudiantes me alcanzan unas hojas escritas, manuscritas diría mejor,
y uno de ellos es la que transcribo a continuación, que pertenece al alumno
Martín Villalobos Wong.
LA DESCONFIANZA Y EL
GOLPE
Martín Villalobos Wong,
4° Secundaria
Me encontraba
solo aquella noche, de pena, con una inmensa tristeza y dolor que se apoderaba
de mí; cada minuto que pasaba, hacía estragos mi cerebro, mi mente, y mi cuerpo
sentía debilitarse, parecía que me iba volver loco encerrado en la oscura y
tétrica cárcel. Veía las cuatro paredes escritas con frases y versos, faltos de
ortografía, hechas por reclusos que me antecedieron en el lugar; pero así mal
escritas estaban dedicadas al amor, a sueños y anhelos no concretados, al
sufrimiento, al arrepentimiento, que trataban de expresar sus experiencias, sufrimientos
y penas por la marginación social que habían sido objeto: Pero ¿ yo?.....me
preguntaba… ¿Qué hacía ahí?.
¡No sé cómo,
ni cuándo! ¡Pero ocurrió! ¡Lo que hice aquella noche fue atroz, abominable! porque maté al ser que más he querido en este mundo. Mundo, donde abundan la traición
y falsos sentimientos.
Todo comenzó como una linda e inocente amistad
de niños desde la primaria, sin prejuicios ni tabúes, donde nos conocimos, y
nuestra amistad se hizo cada vez más fuerte hasta llegar a la secundaria, que
crecimos llenos de entusiasmo, sinceridad y confianza. Hasta que se convirtió
en una bonita relación amorosa, llena de cariño jamás vista ni imaginada,
envidiada por varias, aceptada por pocos. Así fuimos creciendo, viviendo
intensamente nuestra relación contagiada con la inocencia propios de nuestra
edad.
Debo aclarar que, si nuestra
relación duró, quizás no fue por el amor, sino por cada pelea que teníamos; cada
vez que sucedía, ésta hacía más fuerte nuestra relación, que al parecer ya nos estábamos
acostumbrando; que nuestras peleas y riñas fueran nuestra mejor aliada; cada
pelea dada no era en vano, ya que la recompensa venía luego, al tenerla cerca
de mí, al tocar su rostro, su cabello, al poseerla, amándonos más intensamente y, viéndola todas las mañanas
y las noches.
Pero
todo cambió, cuando la desconfianza se entrometió entre los dos, y se hacía
presente cada vez con más intensidad en nuestra relación, produciéndose día
tras día peleas que terminaban en unos golpes; pero que luego como un mea culpa y reflexión aparecía un aparente y consolador perdón de ambos y, volvíamos amarnos intensamente; la historia, siempre se volvía a repetir.
Aquella
noche en medio de la discusión, no sé cómo y en qué circunstancias, escapó de
mis manos el control; mi cuerpo no respondía ni daba cuenta de las
consecuencias, lanzando golpes de ira hacia el cuerpo de ella, que no cesaban;
hasta que la vi inmóvil, sin respirar, sangrando por los golpes que le propiné.
La policía
llegó a la casa, me separó de ella, me esposaron y me llevaron a una tétrica y
fría celda, desde donde ahora estoy escribiendo las presentes líneas.
Estoy cumpliendo mi condena por haberla dado muerte, luego de haberla querido y amado tanto. El Juez me condenó a cárcel perpetua y tras el lamento, no me resigno a la muerte en la prisión.
Estoy cumpliendo mi condena por haberla dado muerte, luego de haberla querido y amado tanto. El Juez me condenó a cárcel perpetua y tras el lamento, no me resigno a la muerte en la prisión.
En mi celda por las noches
sigo discutiendo, peleando con ella, luego nos perdonamos, nos abrazamos y
seguimos amándonos…pero... ¡un fuerte sonido interrumpe mi emoción y despierto!... ¡qué decepción!, ¡todo fue un sueño!…. y ¡ella no estaba conmigo!.
Vuelto a la realidad, siento el frío de la cárcel que cala mi cuerpo; entonces jaló la frazada, me abrigo y trato de dormir para seguir soñando, porque solo en mis sueños me encuentro con ella, y ya nunca quisiera despertarme para quedarme con ella.
Vuelto a la realidad, siento el frío de la cárcel que cala mi cuerpo; entonces jaló la frazada, me abrigo y trato de dormir para seguir soñando, porque solo en mis sueños me encuentro con ella, y ya nunca quisiera despertarme para quedarme con ella.
FGHG,
20/09/2017
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